Historia de la Fundación:

La Fundación nació en Mayo de 1980 en la calle Defensa del historico barrio de San Telmo. Instalamos nuestra sede en el grato marco de una casona construida en 1840. El arquitecto Osvaldo Giesso se encargo de remodelarla para adaptarla a su destino de sede de nuestra fundación y para devolverle el estilo original que los años y los sucesivos ocupantes habían ido desdibujando. A sus patios floridos y sus amplios salones, se les adiciono un auditorio de cuidada acústica, especialmente diseñado para música de cámara y con capacidad para 150 personas. Es allí donde realizamos nuestros conciertos que se caracterizaban por sus programaciones novedosas o de escasa difusión en nuestro medio y por estar a cargo de los mejores músicos argentinos, para quienes de esta manera creímos una fuente de trabajo.

Tanto en los "vernissages" como después de los conciertos, se había vuelto habitual la charla amena e informal de la que participaban socios, artistas e invitados, alrededor de la ya habitual mesa de quesos y vinos con que acompañamos muestras actividades.

El equipo de la Fundación era una comision directiva que se reunia tres veces por año. Atraves de los tiempos hubo algunos cambios de vocales o de segretaria o de coordinadora general:

Presidente: Jorge Helft

Vicepresidente: Roberto Aisenson

otros integrantes de la comision directiva: Horacio Bauer,Oscar Damonte, Mariana Eppinger de Helft, Miriam Jerusalmi de Kulish, Héctor Landolfi, Norberto G. Lichtenstein, Alina Tortosa de Molinari, Carlos Pujals y Nestor V. Saiace, Herman Schevach

Coordinadores
Exposiciones: Daniel Martinez

Música contemporanea: Gerardo Gandini

Coro: Daniel Di Pace

Programacion musical: Llerco Spiller, Tomas Tischauer

Coordinadore para la parte juvenil: Ruth Mehl

Coordinador de programa cinematografico: Mario grasso

coordinadora general:Gloria Gitaroff, Alina Diaconú, Maria Cristina López Ruf, Silvia López del Campo, con Karin Hoffman.

Recuerdos de Jorge Helft, presidente de la Fundación San Telmo

A los 20 años o por ahí soñaba ya con reducir el tiempo en que por necesidad trabajaría y "jubilarme" para dedicarme al arte, la música y la ópera. Era un poco como el sueño del niño. Desde ya era poco claro cuál camino debía seguir. Me había recibido del High School norteamericano en la Lincoln School de Buenos Aires a los 16 años (1 a 2 años antes de lo habitual), había desistido de ir a la universidad en USA y ya estaba trabajando como técnico textil en una tejeduría perteneciente a la gran empresa Louis Dreyfus. A pesar de mi juventud y del hecho que mi título no era de ingeniero, tenía la rara libertad de hacer o deshacer todo lo que empresa Ledatex S.A. asumía. Poco después iba a casarme, partir a Paris contra mi voluntad para satisfacer el deseo de mi madre y buscar un trabajo en lo que casi por azar se había transformado en mi ramo.

Este plan de vida seguía siendo una preocupación digamos intelectual a pesar de estar pensando en lo que deseaba hacer a 35 años de distancia. Pensándolo mucho después me di cuenta que esta preocupación tenía algo de infantil. Ma non tanto! La realidad es que poco antes de mis 22 años acepté en Paris un trabajo temporario en la Continental, una de las mayores empresas en el negocio internacional de cereales y subproductos del agro. Nada me llevaba a creer que muy poco después volvería a la Argentina rehusando devenir soldado durante 27 meses e ir al frente de la guerra con Algeria. Nada de eso para mí aunque sin medir lo que significaba para nosotros era tal vez el deseo de mi madre. La pobre lo pagó muy caro ya que mi hermano menor aceptó este destino, comenzó o se agudizó su derrumbe que años después lo llevó al suicidio.

En todo caso, volví a la Argentina y cambié por completo de actividad y me quedé en la sucursal de la empresa nombrada por 18 años. Durante los primeros años de este cambio de vida no recuerdo haber pensado mucho en mi plan de vida. Tuvimos 3 hijos. Ambos teníamos nuestros empleos y pasaron los años.

No obstante me acuerdo llegar a los 30 y sentir como si ese número redondo volvía a despertar mi ansiedad y era como un campanazo para que vuelva a pensar en mi propio futuro. Como simple hipótesis había pensado a los 20 que debía apuntar a los 55 años como ideal para poder dedicarme de lleno a mis pasiones. Ya a los 30 me parecía lejano, absurdo, y imbancable pensar en una organización de vida a un cuarto de siglo de distancia. Así es. Estaba jugando con una idea que comenzaría 25 años más tarde! Resultaba insoportable!. Tal es así que en mi mente y a partir de ese momento empecé a pensar cómo algo no tan lejos en mis 50 años. Faltaban aun 20 años. Pero por algún motivo inexplicable (obviamente porque carecía totalmente de sentido) esos 20 años me parecían mas soportables que los 25 previstos anteriormente.

Pasó mucha agua debajo de los puentes que no es mi propósito contar aquí pero resulta que a los 46 años llegué a un acuerdo con mi empleador (lo que resultó muy fácil porque era mi cuñado) para limitar mi trabajo a 6 horas por día y convenir que dos años mas tarde dejaría mi puesto a un amigo y lograría a los 48 años mi "jubilación" tan deseada. Y así fue.

Durante muchos años mis metas de tener todo mi tiempo libre me preocupó poco. Estaba en un horizonte bien lejano. Pero casi de repente cuando llegué a los 43 años o cerca (no puedo precisar exactamente la fecha) me hice la pregunta: "¿Qué vas a hacer concretamente de tu vida?". Ya no era cuestión de seguir jugando con ideas medio descabelladas sino de ir desarrollando proyectos concretos. Ideas tenía muchas. Algunas en conflicto con otras. Varias casi imposibles de llevar a cabo por su costo. No era mi intención malgastar mis ahorros por un "hobby" aunque este fuera de mi agrado.

Mis hijos tenían 20, 18 y 15 años. Mi esposa médica trabajaba en el hospital público por amor a su profesión (es algo que habíamos convenido muchos años antes) y nosotros mismos éramos jóvenes; yo con ganas de viajar, de seguir coleccionando arte (cosa que habíamos comenzado seriamente por lo menos 10 años antes), y finalmente no disminuir nuestro nivel de vida que sin ser demencial era de la buena burguesía.

Una de las ideas en que pensaba mucho era las numerosas actividades culturales que unos años antes había brindado a un numeroso público de BuenosT Aires el ITDT en la calle Florida. De ese ejemplo tan fantástico había mucho que aprender bueno y malo. Si en teoría esta parte del Instituto había nacido en 1958 con sede provisoria en el MNBA, sus años de realizaciones importantes se limitaban al periodo de 1963 a 1970. No podía ni pensar en algo de esa envergadura pero no obstante algunas facetas me atraían mucho: la actividad multifacética y multidisciplinaria, la libertad otorgada a los artistas que participaban, la jerarquía exigida en todos los niveles, la gran calidad de los responsables de cada actividad. Había podido presenciar la enorme generosidad de muchos participantes a pesar que los presupuestos jamás vistos en nuestro país muchas veces resultaban en abusos por falta de controles. Del lado negativo había podido sentir que una política errática había llevado el Instituto a la quiebra. Todo su gigantesco esfuerzo con resultados brillantes había durado poco. Es cierto que el país y sobre todo los intelectuales sufrían por, los caprichos de una dictadura que por suerte estaba lejos de las aberraciones implantadas por la siguiente dictadura a partir de 1976. Pero también yo tenía que tomar seriamente en cuenta que la actividad que yo soñaba iba a actuar en un país que vivía uno de los momentos mas atroces de su historia.

Seguía perdiendo tiempo barajando hipótesis varias cuando durante 1979 tres cosas imprevistas me ayudaron enormemente a comenzar a trazar un proyecto serio. Así nació lo que poco después fue la FST.

Objetivos

Organizar conciertos, exposiciones, conferencias, proyecciones de cine, presentaciones de libros y discos, para brindar hechos culturales de alto nivel para un publico numeroso.

Ayudar mediante nuestras actividades a artistas (músicos, pintores y escultores, escritores y pensadores) preferentemente argentinos.

Promover jóvenes valores dentro de los distintos campos del arte.

otorgar becas y ayuda financiera para que los jóvenes artistas puedan participar en eventos internacionales o realizar viajes de especialización en el exterior.

Ofrecer cursos y seminarios para becarios, dictados por importantes maestros.

Brindar una programación original, con un enfoque diferente de los existentes en nuestro medio.

En efecto, no somos ni galería de arte, ni sociedad organizadora de conciertos. Los resultados que pretendemos conseguir no son tipo monetario, y nuestros fondos están por ello, liberados de presiones con orientación lucrativa.

Mantenemos una alta exigencia de calidad artística en todos los actos que organizamos.

Como funcionaba la Fundación

La Fundación San Telmo no persiguió fines de lucro y sus ingresos provenían exclusivamente de los aportes de los socios adherentes, los socios patrocinadores y las empresas patrocinantes. Los directivos y socios que colaboraban con la Fundación lo hacían sin retribución. Todo excedente era utilizado para promover actividades culturales adicionales.

Las muestras visuales contaban frecuentemente con la visita de escuelas, colegios y estudiantes de las más variadas disciplinas.
Siguiendo la filosofía de nuestra Fundación, las obras presentadas no se vendían. La finalidad era netamente didáctica, por lo cual la mayoría de las muestras se complementaban con visitas comentadas, charlas con el publico, proyecciones de películas referidas a cada tema.
Destacábamos también la importancia de los catálogos, preparados con esa misma intención de calidad y para brindar un caudaloso aporte de información.

Socios adherentes

Asistían a todos los eventos culturales organizado por la Fundación. También participaban de los "vernissages" para socios, críticos e invitados, que tenían lugar el día anterior a la apertura, y del acto de clausura anual. Tenían al principio un ciclo de 10 conciertos por año solamente para ellos. En las demás actividades gozaban de un descuento del 20%. Recibían un boletín mensual con la información detallada de todo cuanto acontecía en la Fundación San Telmo, así como la comunicación anticipada de los eventos a realizarse.

Vernissage de la Fundación :

Objetivos

Como funcionaba la Fundación

Socios adherentes

Vernissage de la Fundación :

Prensa